Las personas que se encuentran esta tarde aquí,
algunos adelante y otros atrás, han sido víctimas de crímenes de lesa
humanidad. Todos fueron secuestrados por guerrilleros de las Farc, todos
estuvieron más de 10 años en poder de ese grupo que desgraciadamente es visto
en algunos lugares de Europa como románticos de la revolución y rebeldes de
causas justas.
2. Hoy esos grupos, los que se auto denominan de
izquierda o de derecha, son escuadrones
de muerte al servicio del narcotráfico, viven del negocio de las drogas que se
consumen en el mundo, del tráfico de armas y del secuestro de personas inocentes.
Son grupos que violan los derechos humanos sin ninguna consideración altruista.
3. El grupo de uniformados que hoy ha saludado al
Papa Benedicto XVI está compuesto por el general Luis Mendieta, los
suboficiales de la Policía José Libardo Forero y Jorge Trujillo Solarte, y los
suboficiales del Ejército Luis Alfredo Moreno, Luis Arturo Arcia, Luis Alfonso
Beltrán y Robinson Salcedo. A todos ellos les damos la bienvenida a esta casa
de Colombia y a la libertad, a la vida que merecen como seres humanos, hijos de
Dios. Saludo a sus familiares que han sabido esperar, sufrir y ahora gozar del
reencuentro con sus seres queridos. También a todos los amigos de la prensa que
hoy nos acompañan.
4. Ellos en los largos años de secuestros vivieron
días de luces y de oscuridad, pero fueron capaces de mantener la fe y la
esperanza. Estas dos virtudes las vivieron en grado heroico ante las
humillaciones, malos tratos, rencores y amenazas de muerte. Pasaron la prueba
con la fuerza de la fe y la esperanza. Hoy, después del sufrimiento, quieren
decirle al mundo que la caridad cristiana en su esencia los impulsa a perdonar,
a vivir la experiencia del perdón como acto liberador, racional, justo y en
verdad.
5. Si hoy se quiere avanzar en un camino de paz debe
ser con verdad y justicia, sin cálculos politiqueros o militaristas, sin afanes
protagónicos, son sinceridad y transparencia cara a los colombianos, sin juegos
de equilibrio y sin conceder indultos de escritorio a quienes han perpetrado
crímenes de lesa humanidad. El perdón no supone cesación de las culpas ni olvido
automático. La justicia debe actuar para que el perdón sea efectivo.
6. La vida y libertad de las personas que hoy nos
acompañan deben ser principio de reconciliación. No se puede pretender firmar
acuerdo s de paz cuando los corazones y conciencias están cargadas de odio y
venganza. Hoy se requiere de una pedagogía profunda de perdón que ayude a
superar los años de muerte y destrucción. Primero sanar el corazón y las
conciencias para poder darle vida a la letra escrita.
7. Comprendo que todos lo que están hoy aquí han
avanzado en ese camino de perdón y así lo expresaron hoy al Papa, y por esta
razón quieren decir con sus vidas que la vida continúa, que el amor puede más
que la muerte y que al perdonar son libres de toda atadura, de todo recuerdo
negro…ellos quieren, así como muchos colombianos que ha sufrido este drama
reconstruir sus vidas desde el perdón.
8. Desde Roma lanzamos un nuevo grito de libertad
por todas las personas secuestradas. Desde aquí les decimos que no pierdan la
fe ni la esperanza. No más violencia, no más secuestros.
9. Gracias por venir hasta Roma, gracias por
compartir sus vidas y experiencias con nosotros. Muchas gracias y bienvenidos.