La revista Posición, realizó una entrevista al exembajador de Colombia ante la Santa Sede, César Mauricio Velásquez y este es el contenido:
"La Iglesia Católica es la única institución que aglutina hoy a Colombia."
.
¿Cuál fue su mayor logro como Embajador en la Santa Sede?
El mayor logro tiene
que ver con toda la ayuda que conseguimos a nivel material y espiritual
para los colombianos más necesitados. Recuerdo como punto principal, la
ayuda material que conseguimos a través de Cáritas Internacional para los damnificados del invierno, para albergues de niños pobres y para ancianatos.
Canalizamos muchas ayudas humanitarias
para organizaciones no gubernamentales, fundaciones y parroquias del
país. Hemos logrado que el Vaticano y el Papa conozcan más sobre
Colombia, conozcan más la realidad de nuestro país y que en consecuencia
nos ayuden más. Hay gente que dice a veces: hombre, la oración del Papa
sí para los creyentes pero esa oración va siempre acompañada de obras.
Las ayudas que da el Vaticano muchas
veces no las dan países con los que Colombia tiene TLC’s, por que con
los TLC normalmente se hacen negocios con los que tienen los recursos,
pero los pobres, los más necesitados, los damnificados, la gente que ha
sufrido tragedias muchas veces no hacen parte de los TLC, ahí es donde
la caridad de la Iglesia mundial asiste, ayuda y aparece.
Le podría decir también que se logró
una integración muy importante con colombianos habitantes en Italia y en
el Vaticano. Tuvimos la oportunidad de participar en muchos eventos,
por recordar uno muy importante: La Jornada Mundial de la Juventud (JMJ)
donde los jóvenes de Colombia participaron masivamente.
¿Viene el Papa a Colombia?
Todos tenemos ese
anhelo, que el Papa venga y visite nuestra tierra. Yo he dejado esa
gestión muy adelantada, y esa gestión se debe concretar. Ahora depende
más del concepto de algunos médicos que atienden al Papa por sus razones
de salud, no por que esté enfermo sino por que se debe cuidar mucho, es
una persona de 85 años que puede llegar a sufrir con las alturas de
algunas ciudades, y los conceptos de los médicos son muy importantes
para que el Papa tome la decisión. La última vez el Papa me dijo:
Embajador, sabe usted es un tema que medito en mi corazón, sabe usted
que uno de mis anhelos es visitar Colombia, Embajador hay que hacer una
labor profunda en Colombia y me gustaría mucho ayudar en esa labor con
mi visita.
El Papa ya sabe, lo quiere y los
obispos de Colombia le han insistido al Santo Padre que visite nuestro
país. Lo último que el Papa me dijo hace unos días fue: Recemos mucho
por la paz de Colombia y es un tema que sigo meditando en mi corazón.
¿Qué dejó inconcluso?
No haber concretado
inmediatamente la visita del Papa, claro que ya depende en buena parte
del Vaticano y del Santo Padre. Diría uno, hubiese sido muy bueno
concretar la fecha de la visita del Papa a territorio colombiano, pero
de las cosas inconclusas también sin ninguna duda es canalizar todas las
alianzas humanitarias que hemos proyectado, eso va en camino pero hay
que concretar más alianzas con fundaciones, instituciones, ONG’s, todo
lo que hemos denominado alianzas con gente e instituciones de buena
voluntad, eso es lo que siempre hemos querido, avanzamos con algunas
pero eso debe crecer más y constituirse en algo permanente.
¿Cómo una persona tan cercana
al expresidente Uribe se mantiene durante tanto tiempo en el cargo de
embajador ante la Santa Sede en medio de las dificultades entre el
expresidente Uribe y el Presidente Santos?
A mi me nombró el
Presidente Uribe como embajador y me posesioné delante del saliente
Presidente Uribe y el entrante Presidente Juan Manuel Santos. Estuve
allí dos años por que se hizo una labor de cara al bien común, de cara a
la ciudadanía como el Presidente Uribe nos ha enseñado que se deben
hacer las cosas.
Me voy con la frente en alto y por
petición del Presidente Juan Manuel Santos que quería un cambio, pero
fueron dos años maravillosos donde todo lo que apliqué, todo lo que viví
fue sin ninguna duda siguiendo un derrotero muy claro de buscar siempre
el bien común, buscar ayudar a muchos colombianos, dejar en alto el
nombre de Colombia, por que aquí no se trata de personalismos y de si
uno trabajó con Uribe o con Santos, o si Uribe está o no está, o si
Santos está o no está. No, esto se trata de dejar en alto el nombre de
Colombia, y así se hizo.
¿Cuál es la posición de la Santa Sede frente al proceso de paz en Colombia?
El Santo Padre, como
todos los colombianos quiere la paz. Llevamos décadas buscando la paz.
El Santo Padre ha manifestado este pensamiento de buscar siempre caminos
de paz. Si a uno le preguntan: ¿usted quiere la paz o la guerra? Yo
creo que cualquier ser humano escoge inmediatamente la paz. Queremos la
paz, pero no la paz a cualquier precio, por eso el Papa ha manifestado
tres puntos importantes: buscar el bien común, que sea una paz en
verdad, buscando la verdad, no una paz de sepulcros silenciosos, no la
paz de la mentira, busquemos la paz, pero busquémosla verdadera para
poder llegar al perdón.
Es muy difícil que haya paz sin verdad y
que haya perdón sin verdad. La paz no se puede construir con mentiras,
la paz no se puede construir con cálculos politiqueros, la paz no se
puede construir evitando los debates, la paz no se puede construir de
espaldas a la sociedad colombiana, eso sería más sufrimiento. Tan sólo
recordar en la historia de la humanidad el final de la Primera Guerra
Mundial, lo que se va a generar en ese periodo de guerras de 20 años y
después la Segunda Guerra Mundial, como consecuencia de la mentira, de
la manipulación, del odio y de la venganza. De esta manera se creció
Alemania nuevamente y Alemania inicia la Segunda Guerra Mundial y el
mundo vivió la guerra más virulenta de la historia de la humanidad.
Ojalá eso no ocurra en Colombia, pero ojalá los pilares del proceso de
paz sean la verdad, la justicia y la reparación que lleven al perdón.
¿A qué se refiere usted cuando dice que la Iglesia no puede ser convidada de piedra?
Me refiero a que la Iglesia colombiana
no puede estar ausente ni puede ser excluida de un proceso de paz. La
iglesia colombiana es la institución que ha soportado el transcurrir de
los años de nuestra historia y es la única institución que aglutina hoy a
Colombia.
A Colombia no la aglutina una cadena de
almacenes, a Colombia no la aglutina un partido político, un personaje o
un medio de comunicación, a Colombia la aglutina la Iglesia, y si la
Iglesia está en los lugares donde hay violencia, está en los lugares
donde hay dolor, ¿por qué no puede participar directamente en el
proceso? O por lo menos, que sea informada con veracidad de todo lo que
está ocurriendo, hablo tanto de la jerarquía como de la vida parroquial
como de los feligreses que somos la inmensa mayoría de los colombianos.
Ha hablado en diferentes
ocasiones de la justicia y de la verdad para lograr la paz ¿cree que el
actual proceso de negociación va por buen camino en este sentido?
Yo lo desconozco y
creo que la inmensa mayoría de los colombianos no sabemos qué es lo que
está pasando por que cada día salen cosas nuevas, reclamaciones, agendas
y estamos en una euforia de la paz pero en el fondo no sabemos qué está
pasando, lo que sí es bueno es encontrar un espacio de reflexión a
favor de la paz para que ese proceso sea justo, en verdad, de reparación
y conduzca al perdón. Vuelvo a ratificar eso por que es imposible que
haya perdón si no hay verdad.
Uno no puede simplemente quedarse en
silencio o pensar que es cierto cuando un guerrillero dice que no tiene
secuestrados o que no se han equivocado frente a fuentes de
financiamiento por parte del narcotráfico, uno diría: ahí falta verdad
¿entonces dónde están los secuestrados? ¿Quién los tiene? ¿Entonces de
dónde sacan tanto dinero para sostener esos grupos mensualmente? ¿Del
secuestro o son donativos o es que toda la población colombiana les está
dando una cuota mensual para sostenerlos? Ahí vendrían las preguntas.
De manera que cuando hablo de la
importancia de esos cuatro principios, yo creo que son cuatro principios
que reclamaría cualquier ciudadano del común en un proceso de paz para
que sea verdaderamente paz, para que sea un proceso íntegro, de lo
contrario es un proceso que dejaría muchas ruedas sueltas y muchas
dudas.
Cuéntenos una anécdota de su relación con el Papa.
Cuando el Papa cumplió
84 años yo no sabía que regalarle, yo quería regalarle algo. Y uno
piensa, un rico de Europa puede regalarle un BMW, otro rico de Estados
Unidos puede regarle una colección de elefantes de marfil. Entonces uno
dice, ¡Qué difícil darle un regalo al Papa! Y no.
Medité el tema y dije, yo quiero
regalarle al Papa un tarrito de dulces de Colombia, de una marca que es
Coffee Delight. Entonces hice una tarjeta y en la tarjeta puse: Unos
dulces de Colombia para el dulce Cristo en la tierra, ¡Auguri!
Felicitaciones Santo Padre. Entonces con un amigo muy cercano al Papa,
le mandé los dulces con la tarjetica.
Mucha gente me decía: eso no le llega
al Papa, el Papa no puede comer eso, o sea, todos los trágicos…A los dos
días me llaman de la Secretaría de Estado del Vaticano y me dicen: El
Santo Padre recibió los dulces de Colombia, reza por Colombia, le
fascinó lo que usted le puso en la tarjeta. La frase que escribí es de
Santa Catalina de Siena que hablaba del Papa como “el dulce Cristo en la
tierra” Me dijeron además, que el Papa se había comido un dulce y le
había gustado mucho.
Unos días después, me llamaron de otra
empresa que es competencia de Cofee Delight, que creo que son Dulces
Colombina y me dijeron: Embajador, ¿por qué le la dulces de los otros y
no de los de nosotros? Y yo les dije que no sabía, pero podía hacerle
llegar los de ellos. Entonces me mandaron varios paquetes de sus dulces
de café y también se los hice llegar al Papa. Bueno y yo me comí otros.
¿Qué proyectos tiene y seguirá de frente y sin miedo?
Siempre. Cuando uno dice la verdad debe
ir sin miedo. Uno debe sentir miedo cuando ha mentido, y ese es un mal
sentimiento. Hay que decir siempre la verdad, y la verdad a uno siempre
lo hace libre, la verdad se defiende sola, la verdad es una luz que va
brillando, de manera que esa luz hay que seguirla, aunque la verdad le
acarree muchos problemas.
Es mejor tener problemas por decir la
verdad que tener honores por mentir. Es mejor andar en el camino de la
verdad ¡siempre, siempre! aunque eso suponga un camino más largo que
estar en los caminos de atajo de la mentira, de la falta de lealtad, de
la falta de coherencia.
En la vida pública y privada es siempre
importante decir la verdad y la lealtad como una virtud que
desgraciadamente en el mundo de la política se ha olvidado. En la vida
mía con mucho esfuerzo, con una lucha diaria uno se tiene que mantener
ahí por que todos tenemos los pies de barro y si uno se descuida puede
matizar principios y yo creo que Colombia en este momento no está para
matizar principios.
Colombia y los colombianos estamos para
que nos digan las cosas con claridad y a la luz de la verdad, no que
nos digan medias verdades o nos estén dorando la píldora. Hay que decir
las cosas como son, cuando toca y a quien toca, y ahí viene la
tranquilidad.
Yo voy a seguir estudiando, quiero
seguir estudiando, ya regresando a Colombia pero cumpliendo compromisos
de estudio por fuera de Colombia hasta el próximo año, al volver a
Colombia quiero seguir estudiando para terminar un doctorado que inicié y
en el cual me encuentro en este momento haciendo la tesis. Necesito
tiempo para terminar la tesis y el doctorado.
¿Cuál es el tema de la tesis?
Estoy trabajando la
tesis con un grupo de estudiosos de la comunicación, el terrorismo, la
violencia y la seguridad. He optado por la tercera línea: comunicación y
seguridad. Ya hice todo lo presencial, ahora puedo escribir desde
Bogotá, Medellín, desde México, Madrid o también estando en Roma. Digo
esas ciudades por que estaré en compromisos académicos en universidades
de estas ciudades, discutiendo sobre la comunicación de las
instituciones y la seguridad ciudadana, que es el tema que me gusta y
apasiona desde el punto de vista de la comunicación.
¿Política, medios de comunicación o academia?
Es una autopista que
tiene esos tres carriles, me encantan los tres. Creo que podemos ir a
buena velocidad permitida por esos tres carriles; el periodismo es una
pasión, lo llevo en la sangre, siempre he hecho periodismo, la política
me encanta como igual me gusta mucho la vida universitaria.
Creo que confluyen por que son tres
grandes profesiones, ciencias y tendencias del conocimiento que
confluyen en lo humanístico en el ser humano, y por eso insisto tanto
en esos valores por que si usted es mentiroso hace mucho daño desde el
periodismo, un profesor mentiroso y mediocre es lo peor en una
universidad y un político mediocre y mentiroso es lo peor en la vida
pública, por eso el fondo de estas tres profesiones es lo humano, lo
humanístico pero no sólo en teoría sino con la vida misma.