jueves, 16 de diciembre de 2010

El Papa Benedicto XVI pide que cesen los ataques contra los católicos, los más perseguidos actualmente

El papa Benedicto XVI ha denunciado "con dolor" que los cristianos son ahora el grupo religioso que sufre el mayor número de persecuciones debido a su fe, y ha exigido libertad en esa materia, afirmando que "negarla u oscurecerla" significa generar un sociedad injusta.


Así lo ha manifestado el Pontífice en su mensaje con motivo de la Jornada Mundial de la Paz, que se celebrará el 1 de enero de 2011, cuyo lema es "Libertad religiosa, vía para la paz", presentado por el cardenal Peter Turkson, presidente del Consejo Pontificio Justicia y Paz.
En el mensaje, el papa Ratzinger también expresó su deseo de que en Occidente, especialmente en Europa, "cesen la hostilidad y los prejuicios" contra los cristianos "por el simple hecho de que intentan orientar su vida en coherencia con el Evangelio".

"Que Europa sepa reconciliarse con sus propias raíces cristianas, que son fundamentales para comprender el papel que ha tenido, que tiene y que quiere tener en la historia. Así sabrá experimentar la justicia, la concordia y la paz y cultivar un sincero diálogo con todos los pueblos", manifestó.
Benedicto XVI señala que 2010 ha estado marcado "lamentablemente" por persecuciones, discriminaciones y terribles actos de violencia y de intolerancia religiosa, especialmente en Irak, donde el pasado 31 de octubre en un atentado contra la catedral sirio-católica de Bagdad fueron asesinados dos sacerdotes y más de cincuenta fieles.

Tras repasar la situación de los cristianos en Oriente Medio, África y Asia, especialmente, el Papa agregó que "se puede constatar con dolor" que los seguidores de Cristo son "actualmente el grupo religioso que sufre el mayor número de persecuciones a causa de su fe".

"Muchos sufren cada día ofensas y viven frecuentemente con miedo por su búsqueda de la verdad, su fe en Jesucristo y por su sincero llamamiento a que se reconozca la libertad religiosa", añadió el Papa, que subrayó que "no se puede aceptar esa persecución, ya que es una ofensa a Dios y a la dignidad humana".

El Obispo de Roma abogó por un mundo en el que todos puedan profesar libremente su religión o su fe.

En el documento subraya el derecho ‘sagrado' a la vida y a una vida espiritual y señala que la libertad religiosa y el respeto recíproco son ‘ inseparables'.

De nuevo hace una defensa de la familia basada en el matrimonio entre un hombre y una mujer y señala que es la primera escuela de formación y crecimiento social, cultural, moral y espiritual de los hijos y que los padres deben tener la libertad de poder transmitirles sin constricciones y con responsabilidad, su propia fe.

Benedicto XVI destacó en el mensaje que cuando se niega la libertad religiosa, cuando se intenta impedir la profesión de la propia religión o fe y vivir conforme a ella se ofende la dignidad humana, a la vez que se amenaza a la justicia y la paz.

Asimismo destaca que no debe haber obstáculos para adherirse a otra religión y agrega que la libertad religiosa no es patrimonio exclusivo de los creyentes, sino de toda la familia de los pueblos de la tierra.
El Papa volvió a arremeter contra la instrumentalización de la libertad religiosa para enmascarar intereses ocultos, como por ejemplo la subversión del orden constituido, la acumulación de recursos o la retención del poder por parte de un grupo.

"El fanatismo, el fundamentalismo, las prácticas contrarias a la dignidad humana, nunca se pueden justificar y mucho menos si se realizan en nombre de la religión. La profesión de una religión no se puede instrumentalizar ni imponer por la fuerza", afirmó.

En su línea, señaló que en una sociedad cada vez más globalizada, los cristianos están llamados a dar su aportación y afirmó que excluir la religión de la vida pública, priva a ésta de un espacio vital que abre a la trascendencia.

En otro punto del mensaje, el Papa manifestó que el fundamentalismo y la hostilidad contra los creyentes comprometen la laicidad positiva de los Estados y subrayó que no se puede olvidar que el fundamentalismo religioso y el laicismo son formas "extremas" de rechazo del legítimo pluralismo y del principio de laicidad.

El mensaje papal, como es tradición, será enviado por el Vaticano a los Gobiernos de todos los Estados que mantienen relaciones diplomáticas con la Santa Sede.